Autoestima Corporal

La aceptación corporal y la autoestima corporal no implica llegar a tener el cuerpo perfecto (cada sujeto y cada cultura tendrá su Ideal). Por el contrario, es aceptar que nuestro cuerpo puede que no se asemeje al mismo y que, seguramente, alguna parte de él nos genere disconformidad.

Aceptar eso es aceptar nuestra corporalidad. No quiere decir que ames (desde un lugar idealizado) esa disconformidad, sino que no te juzgues ni te lastimes por ella. Por el contrario, cuidarte y cuidarla.

Respetarte y respetarla. Integrarla a tu cuerpo, a tu ser y a tu totalidad. Entender de dónde viene ese dolor y, desde la compasión, abrazarlo y cuidarlo.

Nuestra herida corporal es una herida más profunda que debemos buscar, con nuestra lupa, cuidadosamente y despacio registrarla, trabajarla y duelarla.. cómo también se duela el cuerpo *no perfecto*.

La autoestima Corporal refiere a lo más subjetivo de la Imagen corporal. Son todos aquellas actitudes, sentimientos, cogniciones y valoraciones que nos despierta nuestro cuerpo, principalmente, el tamaño corporal, peso, partes del cuerpo o cualquier otro aspecto de la apariencia física (ej. satisfacción, preocupación, ansiedad, etc.).

En una sociedad que glorifica la belleza, la juventud, la delgadez y la salud no es extraño que aumente la preocupación por la apariencia física, lo cual afecta de manera indudable nuestra Autoestima Corporal.

Al compararnos con lo “esperable”, es decir: lo socialmente aceptado, puede que hagamos una valoración negativa de nuestra corporalidad y de nuestra belleza. Y desde esa valoración negativa comencemos a sentirnos mal con nuestro cuerpo y no podamos disfrutar de él, escondiéndolo y sufriendo en silencio.

Y en el intento por sanar, terminamos lastimándonos aún más.
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